sábado, diciembre 10, 2011

El final de Los Soprano



 Últimamente me ha dado por el cine como a quien le da por los relatos. Confieso que soy adicta a las series y las incluyo dentro del séptimo arte porque, si no, me vería obligada a desterrar a mis queridos relatos de la literatura. Quid pro quo.


Si el Sr. Donaire, mi futuro marido, estuviese leyéndome mientras escribo, dentro de un par de líneas me haría parar y tendríamos un acalorado debate sobre por qué no incluyo cierta serie en mi lista. Pero como está de viaje y tengo la casa y el blog para mí sola, las series elegidas son las siguientes:

Los Soprano. El final de esta serie ha sido discutido y analizado en centenares de blogs, un desenlace polémico que no deja a nadie indiferente. Pero creo que mi amigo Sergio,quien es por cierto un fantástico escritor de novela negra, coincidiría conmigo en que es un final digno de Rebeca Harding Davis, por poner un ejemplo. Si alguien no ha visto la serie, le recomiendo que empiece ya y también que no continúe leyendo este párrafo porque podría destriparle el final. Un par de capítulos antes de que acabe la última temporada, Tony Soprano tiene una conversación que pasa casi inadvertida en la que Bobby Baccalieri dice ''No oirás nada, probablemente no oirás nada cuando pase''. Y así es como ocurre, después de 6 temporadas, de 88 capítulos llenos de tiroteos, no oimos el último disparo, no lo vemos, todo lo que queda es una pantalla negra en silencio durante 10 segundos. El narrador ha muerto. Sergio y yo podríamos estar horas discutiendo esta serie, empezando por el personaje de Tony Soprano y terminando por los patos, y la verdad es que tengo ganas de encontrarme contigo, Sergi y hablar de patos.

The Wire. Aunque vi esta serie hace ya algún tiempo, aún recuerdo muchas escenas con claridad y, es curioso, porque tengo la sensación de haberla visto en blanco y negro sobre un papel gris pálido y dibujada al más puro estilo de Frank Miller en Sin City. The Wire es la serie sin final, donde los buenos no son tan buenos y los malos no son del todo malos. Omar Little es, sin duda, mi personaje favorito, el Lazarillo norteamericano de Baltimore, una ciudad reflejada -según entendidos- con increíble fidelidad y que hace que nuestras redes sociales parezcan una broma. Al ver esta serie, uno puede entender el por qué el mundo parece no arreglarse nunca o quizás 80 o 90 años de perspectiva sean un punto de vista demasiado limitado.

Breaking Bad. Tenía dudas sobre si incluir esta serie en la lista porque aún no ha terminado pero, a diferencia de lo que ocurría con Lost, de esa incertidumbre colectiva sobre si los guionistas serían capaces de encontrar un buen final, yo confío plenamente en los escritores que están haciendo de esta historia una maravilla de nuestra década. Me encanta ese recurso tan utilizado en el relato por Felix J. Palma y que crea historias sorprendentes dentro de una realidad posible, es decir: "esto podría pasarle a cualquiera", cosa que no ocurre en Lost por ejemplo. Pero además, el volumen de los personajes, la intensidad de la quietud narrativa -dificilísima de conseguir- y, por supuesto, la maestría de la cámara, se superan con cada capítulo sin perder de vista la pregunta que uno se plantea en el primer capítulo: ¿Y tú qué harías si fueses a morir pronto?

Esta es una breve y personal visión de tan solo 3 de las decenas de series de televisión que he visto. Me doy cuenta de que todas ellas tienen un argumento muy ligado al crimen, cuando suelo ser más partidaria de la comedia. Es una pena que The Office no acabase cuando Michael se marchó, si hubiese sido así, estaría dentro de esta pequeña selección. Sin embargo, no es casualidad que todas ellas sean series Norteamericanas. Es cierto que esta industria dispone de medios económicos más que suficientes y muy superiores a los que existen en España, por ejemplo. Pero estoy convencida de que, igual que la narrativa española nada tiene que envidiarle a la existente al otro lado del Atlántico, en este país existe talento suficiente como para producir obras mucho mejores que lo que actualmente se puede ver. Y, la verdad, no entiendo porqué se producen películas o series de tan baja calidad argumental, con guiones que dejan tantísimo que desear y actores que quizás deberían haber pasado por el teatro -o quizás no-. Mi especialidad no es el cine ni me dedico a hacer críticas profesionales en este sector, por lo que todo esto no es más que una libre opinión de espectadora, pero creo que es una pena todo el talento que se está desperdiciando y algún motivo debe haber.

Así que espero que alguien me haga cambiar de opinión recomendándome una serie española que, sea del género que sea, no haga que quiera estar en el lugar de Tony Soprano al final.


(Sergio, cuando quieras tomamos un café con patos).
 
google analytics estadísticas: